Según la RAE podemos definir la publicidad como "la divulgación de noticias o anuncios de carácter comercial que tiene el fin de atraer a usuarios, compradores, consumidores, etc.
También podemos entenderla como "una forma de comunicación compleja, unidireccional e impersonal de largo alcance que utiliza medios de comunicación masivos".
En la publicidad reside el poder de convicción más que en ningún otro medio, los "mass media" cuentan con equipos muy preparados compuestos de psicólogos, sociólogos y artistas entre otros que ayudan a entender qué puede buscar el consumidor y provocar que éste sienta interés por el producto.
Hoy día y por desgracia cada vez más, la publicidad cuenta con un papel fundamental en la sociedad, muchas veces ayuda a condicionar el ritmo o la forma de vida de muchas personas. Cabe destacar los patrones que según qué marcas siguen para conseguir su fin último, los compradores; no es de extrañar que en un anuncio de coches la protagonista sea un patrón de mujer que todo hombre quisiera tener, o que en anuncios de productos de limpieza salgan elementos más familiares y que pueden sensibilizar más a las mujeres. Estos factores son tremendamente dañinos pues nosotros como educadores tendremos que hacer frente muchas veces a comportamientos que la publicidad haya suscitado entre los niños, ya que si entre los adultos juega un papel decisivo, la publicidad para los niños puede llegar a marcar su comportamiento definitivo.
Como ya he hablado antes y siguiendo con los factores que debemos impedir que la publicidad divulgue voy a hablar del sexismo en este medio de comunicación. De nada sirve que intentemos educar a los niños en valores de igualdad, respeto y tolerancia a los demás cuando nos encontramos con estos patrones preestablecidos por la sociedad y expandidos por la comunicación publicitaria:
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