Este cuadro fue elaborado entre 1916 y 1917. es un cuadro en el que el autor a través de sus ideales utiliza simbolismos desde mi punto de vista, por ejemplo: da a entender que un gran cúmulo de personas están agobiadas, alienadas en poco espacio, pegadas incluso superpuestas unas a otras, da a entender cierto agobio, cierto caos y lo remarca con las tonalidades cálidas, en concreto el rojo en sus diferentes gamas, amarillo con tendencia más bien a naranja que se observa en ciertas partes del cuadro y blanco, estos dos últimos colores pueden señalar como un reflejo de donde está la luz, de donde proviene la luz y se abre paso entre tanto tono rojizo en esa escena. El azul también es perceptible en algunos detalles que marcan ciertas figuras que resaltan del cuadro.
Además, como podemos observar hay dos caminos que se unen en una misma desembocadura donde acaba toda la gente aglutinada.
Grozs reflejó muy bien según el Museo Thyssen lo que para él supondría (y no tan alejado de la realidad) las grandes metrópolis que se formarían debido al crecimiento desmesurado de las ciudades: UN ABSOLUTO DESORDEN APOCALÍPTICO.
Grozs también utilizó esta técnica de colores cálidos en cuadros como en Café (1915) y en la Dedicatoria a Oskar Panizza (1918).
Información extraída del Museo Thyssen, EducaThyssen.
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