lunes, 18 de marzo de 2013

Preservar nuestra seña de identidad...

Afortunadamente, vivo en un país en el que el ARTE está a la orden del día y con esto me refiero a que cada rincón de nuestro país tiene una seña de identidad artística así como las Fallas de Valencia en las cuales se potencia el arte de crear estructuras y pintarlas, por decirlo de alguna manera el arte plástico; la Feria de Abril de Sevilla en el que más allá de la fiesta como diversión podemos ver el arte de bailar las "sevillanas" o de cantar Flamenco por ejemplo. 
Además contamos con un riquísimo patrimonio cultural y artístico que comprende la mayoría de las etapas del desarrollo de arte como medio de expresión del hombre, tenemos un amplio colchón de monumentos arquitectónicos, esculturas, pinturas y diversas formas de expresión que son nuestras y que nos sirven para tomar ideas.
No sólo tenemos una riquísima fortuna en lo que a arte convencional se refiere, sino que además del arte físico tenemos el arte de la mente, que es muchísimo mayor y más importante que el que podemos ver inmediatamente.
A menudo podemos ser partícipes de lo que en la mente del artista pasa pues este lo refleja en su medio de expresión (su música, sus fotografías, sus esculturas, sus pinturas...sus obras de arte) pero también somos inconscientes del arte que hay en el interior de las personas, cada persona tiene aunque sea un ápice de arte por muy escondido que esté, y es eso lo que nos hace motivarnos y perseguir nuestros sueños; un claro ejemplo se ve en nuestra futura profesión, en Magisterio. Un maestro sabe percibir el arte pues esta rodeado de los mejores artistas, los niños. Ellos no tienen problema en mostrar su arte, aunque a los demás no les guste o no lo entiendan, ellos pintan lo que sienten y el maestro alaba su obra, pues mejor o peor es una obra única y pura, sin interpretación posible o con la mayor interpretación que pueda darse.
No sólo ocurre con los niños, la incompresión artística no sólo se da en las obras de arte infantiles, los adultos, cegados por nuestros intereses y personalidades sólo consideramos arte lo que nos gusta, lo que nos hace sentir sensaciones o lo que nos parece complicadísimo, pero una vez más los niños nos demuestran que tenemos que aprender de ellos al igual que ellos de nosotros pues a veces, en un simple dibujo con "garabatos" hay mucho más arte que en un edificio magestuoso en el que solo hay fórmulas de matemáticas calculadas para elaborar su estructura y sin ningún sentimiento humano.
Miles de artistas desperdiciados y apartados de su verdadero lugar por meras opiniones que a menudo son personales y no profesionales como es el caso de los creadores de graffitis. No es justo imponer como arte unos gustos personales, debemos ser libres de pensar lo que queramos y nuestros gustos han de ser respetados, solo así preservaremos nuestra SEÑA DE IDENTIDAD.

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